¿Cuál es la información clave sobre las dietas de nuestros caballos? Una amiga mía me llamó hace unos días para pedirme consejo sobre una dieta para un caballo que no engordaba. Estaba alterada y enfadada y cuando le pregunté por qué, me contesto: “porque me das un consejo pero puede que dentro de 6 meses, me des otro totalmente diferente, y no nunca sé si lo hago bien”.
- “¡No es así exactamente! Es relativamente fácil proporcionar una dieta correcta.”.- Dije yo. Tenemos que saber distinguir entre lo que conocemos a ciencia cierta, lo que es información a nivel anecdótica y lo que es pura fábula, sin ningún fundamento. ¡POR SUERTE HAY COSAS QUE TENEMOS CLARÍSIMAS Y QUE NO CAMBIAN!: El caballo jamás será un carnívoro como los tigres, tampoco le quitaremos nunca una cojera si le damos un montón de marihuana machacada con su ración. Hay que evitar “inventos de iluminados” y asegurarnos de que estemos respetando una base lógica. Así que: Seamos pragmáticos y proporcionemos una dieta correcta, sin gastar dinero innecesario ni introducir soluciones rebuscadas. Si somos sensatos, ahorraremos tiempo, el caballo gozará de buena salud y gastaremos menos dinero en suplementos “mágicos” que no son apropiados y a lo mejor, ni funcionan. La ciencia en la actualidad, funciona a niveles bioquímicos y genéticos que era imposible imaginar hace dos décadas. El caballo de deporte tiene un valor monetario de suficiente importancia para que merezca la pena invertir en estudios científicos. Y ahora, realmente empezamos a tener una información verdadera y contrastada sobre la salud, el rendimiento deportivo y las enfermedades del caballo de deporte. Hay en nuestras universidades, numerosos centros de investigación especializados en el équido, tanto privados como públicos, que publican sus investigaciones, que contrastan sus estudios y que son respetados científicamente. Se está construyendo una base de conocimientos válidos y fiables. Si recordamos cuál ha sido la evolución en la salud humana durante los últimos 50 años, a estas alturas, por fin aceptamos a ciencia cierta que fumar perjudica la salud, que una dieta alta en grasas saturadas tendrá un efecto negativo en nuestro corazón y que no podemos esperar una vida larga si no nos cuidamos. Ahora bien… ¿Qué sabemos sobre el caballo a este respecto? Cuando estudiamos un alimento que queremos utilizar dentro de la dieta equina, tenemos que tener una idea de cuales han sido los estudios que se han hecho, si tenemos algún historial, aunque sea a nivel anecdótico o si estamos tratando de algo que es simplemente rumor y “moda”. Podemos utilizar lo que queramos en la dieta de nuestro caballo. Pero convendría saber si funciona o no. Por ejemplo, desde la década de 1920, se han hecho estudios sobre la digestibilidad de la avena. Sabemos que, según el estudio al que nos refiramos, la avena, entera y sin ninguna manipulación, se absorbe entre un 85% y un 95%. Si la machacamos, la cocinamos, o hacemos copos, no aumentará de una manera notable su digestibilidad. Sin embargo, el maíz tiene solo una absorción de aproximadamente un 35% es necesario cocinarlo si queremos aumentar su absorción… ¡Esto, Lo sabemos sin duda alguna!... Y debemos tener muy en cuenta este dato cuando hagamos una ración. A lo largo de este blog, creo que lo suyo es definir lo que sabemos de verdad y lo que realmente no estamos muy seguros. Así que, os invito a participar con vuestras preguntas y dudas, así exploraremos juntos todas las dudas que puedan surgir. Hasta pronto, Coby Bolger