CLAVOS, HERRADORES Y HACIENDA

Es un hecho que el Ministerio de Hacienda está firmemente decidido a controlar el fraude, la facturación oculta en todas sus facetas, que el cerco se va cerrando y, que últimamente ha focalizado la búsqueda e intensificado el control, sobre pequeños empresarios y autónomos. De ahí la nueva campaña publicitaria “con los impuestos se mantienen las pensiones, la educación…” que no deja de ser una realidad.

Por las noticias que nos llegan, una de las profesiones que se está investigando son los herradores, lo que no deja de ser curioso, por ser una actividad realmente muy marginal en el conjunto de la producción nacional, incluso dentro del sector del caballo. Controlar la facturación de los herradores no es cosa sencilla, porque no siempre su actuación profesional deriva en un herraje completo. Muchas veces se ajustan herraduras, se vuelven a colocar las mismas por no tener un excesivo desgaste, se colocan ramplones… eso sin entrar en otras posibilidades en la mente de todos.

Sin embargo, apoyándose en la experiencia de Francia, donde la industria del caballo y los métodos de control están mucho más desarrollados, parece que los inspectores de Hacienda han dado con el truco para intentar averiguar que hay de verdad en las declaraciones de los profesionales del herraje : sus compras de clavos. El herrador podrá o no poner herraduras nuevas, pero es indubitable que siempre habrá de utilizar clavos nuevos para cualquier tipo de actuación y clavo arriba, clavo abajo, a través de las compras de éstos, puede fácilmente estimarse el volumen de actuaciones y de facturación del autónomo. A partir de aquí pueden empezar los problemas.

Prácticamente todas las marcas de clavos que se comercializan en España son importadas, lo que se traduce en una trazabilidad clara del número de cajas que entran en nuestro país, su procedencia, comercialización y destino final. Eso hace muy fácil, llegado el caso, el seguimiento y control de facturación de los importadores, almacenistas, comercializadores, de los herradores… incluso de los clientes finales. Algún día tenía que llegar.

Es evidente que toda la pirámide de actuaciones relativas al sector del caballo ha sido tradicionalmente opaca, aún lo es. Es muy posible que la focalización del control sobre el sector del caballo tuviera inicialmente unas consecuencias negativas para el mismo, aunque pensamos que a la larga tendría un aspecto positivo. No podemos vivir a espaldas de la realidad y por ello defendemos que es necesario profesionalizar el sector, lo que llevaría consigo una mayor seguridad para profesionales y clientes.

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