Seguridad en el trabajo en centros hípicos

Seguridad en el trabajo en centros hípicosLa incorporación de España a la CEE ha traído entre otras consecuencias la armonización de la prevención de riesgos asociados al trabajo y, de las diferentes directivas existentes, se ha ido creando el acervo jurídico que dio como resultado la Ley de Prevención de Riesgos Laborales de 1.995 relativa a la aplicación de las medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud. Lenta pero inexorablemente este amplio conjunto de normas sobre seguridad e higiene en el trabajo se impondrán también en los centros hípicos. Han empezado a exigirse en los centros oficiales, pero lo lógico es que la marea vaya creciendo y alcance primero a los clubs de gran concentración de caballos y jinetes, para llegar finalmente hasta los más pequeños, incluso las instalaciones de uso privado.

Seguridad en el trabajo en centros hípicos

Cuando mencionamos los centros hípicos y hablamos de normas de seguridad nos estamos refiriendo a toda la normativa que puede afectar tanto al personal que trabaja en el centro, como a los usuarios del mismo y esto abarca a las instalaciones, a la dotación de medios de atención primaria y a la vestimenta. Entendiendo que las normas básicas respecto al personal laboral se están cumpliendo y, dejando a un lado el tema de la vestimenta porque afortunadamente podemos constatar que el uso del casco, estribos de seguridad, incluso de chalecos protectores, se va extendiendo, nos vamos a centrar en las instalaciones.

Seguridad en el trabajo en centros hípicos

Aplicar la normativa de prevención de riesgos a las instalaciones hípicas supone cubrir un espectro amplísimo de situaciones. En definitiva se trata de que éstas estén diseñadas y dotadas de medios que prevengan accidentes y daños. Dentro de las instalaciones hípicas las más importantes son : las cuadras, con sus servicios anexos de duchas, herradero, boxes de ensillamiento y sala de curas y, las pistas y círculos o zonas de trabajo. En la práctica observamos que el diseño de las cuadras suele estar más cuidado. Se cuidan los accesos con rampas accesibles, boxes con puertas correderas que no quedan entreabiertas o que se mueven inesperadamente con el aire, no suele haber clavos o piezas que puedan producir “enganches”, se “matan” o redondean los bordes, los heniles suelen estar separados, se recomienda no fumar, vemos extintores… pero ¿ y las pistas ?

Frecuentemente encontramos pistas y zonas de trabajo valladas con materiales totalmente inapropiados desde el punto de vista de la seguridad de jinetes y animales como el hormigón o el tubo metálico. Este tipo de materiales carecen de flexibilidad, no absorben los impactos y su rigidez los hace potencialmente peligrosos. El riesgo de caída montando a caballo es innegable y ha habido accidentes de importancia en el pasado reciente, por ello es importante cuidar éstos detalles, porque existe una responsabilidad ante la cual podemos vernos enfrentados. Existen soluciones para vallar pistas y zonas de trabajo estéticamente insuperables, de total garantía y con precios muy razonables como por ejemplo la cinta de caucho BEO-BAND o los vallados en PVC-U, material especialmente tratado para países cálidos que no cristaliza y que mantiene su elasticidad durante largo tiempo. Vallados que absorben totalmente el golpe, que se desarman sin menoscabo o daño de jinetes y caballos y que fácilmente pueden volver a ser repuestos sin intervención de personal especializado ni grandes costos. Si desea más información, visite la zona de información sobre vallados en www.lupaiberica.com y, por ilustrativo, sugerimos la visualización del vídeo sobre vallados ecuestres Duralock.