Los boxes de aislamiento o cuarentena, tienen como objeto el confinamiento de uno o varios animales supuestamente enfermos con algún agente infeccioso que pudieran transmitir al resto de los animales estabulados en la cuadra o lesionados. Estos boxes deben situarse alejados del resto y deben ser amplios para facilitar el trabajo del veterinario, por si algún animal sufre un decaimiento tal que deba permanecer acostado o, porque deba ser sedado en algún momento. También, porque puede que la estancia se prolongue y el box debe permitir al animal moverse con libertad. Un tamaño aconsejable sería de 4x4ms. Si se trata de boxes interiores, es interesante que los frontales, incluso las separaciones, puedan desplazarse completamente, para facilitar la salida del animal en caso de traslado forzoso o defunción.

Alguna vez habrán descubierto a un caballo propio o ajeno que se ha dañado él mismo y al preguntar al mozo la respuesta es : “se ha asobinado”. El verbo asobinarse existe, no es una palabra corriente pero sí que es correcta, de hecho la RAE le otorga dos significados, el primero de ellos es : “Dicho de una bestia : quedar, al caer, con la cabeza metida entre las patas delanteras, de modo que no pueda levantarse por sí misma” y el segundo, referido a la personas : “quedar hecha un ovillo al caer”.

El guadarnés es una pieza imprescindible en cualquier diseño de cuadras. Su situación dentro del recinto, tamaño, materiales con lo que esté construido y los sistemas de almacenaje elegidos, son importantes para que sea un espacio seguro y funcional. Un espacio bien diseñado, que sea funcional, nos permitirá utilizar la menor superficie posible maximizando su uso y aumentará la seguridad de lo almacenado.

La herramienta para el herrador en la era digital

LUPA ha cerrado un acuerdo de distribución en exclusiva de un nuevo instrumento que creemos será de gran interés para : herradores, veterinarios, jinetes profesionales y propietarios en general. La era digital ofrece nuevas herramientas de trabajo que mejoran notablemente la salud de los caballos y permiten, en éste caso al herrador, constatar, vigilar y poder mostrar a sus clientes, la evolución en el tiempo del trabajo realizado sobre un determinado animal.