ELECCIÓN DE SUELO DE PERRERAS Y PARQUES

ELECCIÓN DE SUELO DE PERRERAS Y PARQUES

Cualquier diseñador de un criadero, centro de acogida, o residencia para perros se enfrenta a un problema cuando tiene que elegir un suelo para las perreras y, sobre todo, para los parques de esparcimiento. El ideal es un suelo que aporte habitabilidad, es decir, que tenga aislamiento térmico y acústico y que aporte salubridad.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que no es lo mismo un suelo para una mascota, o para dos o tres perros atendidos por su dueño, que una solución para instalaciones profesionales con mucho mayor número de animales estabulados con diversa condición, edad y estado de salud. Estamos centrados en éstos últimos.

Tradicionalmente se han usado soluciones como : hierba, arena, grava, hormigón y placas de caucho drenantes. A nosotros no nos parece ninguna de ellas idónea, aunque las circunstancias nos puedan obligar a elegir una de ellas. La hierba es muy cómoda para los perros, pero es poco duradera. Es una solución para un propietario de mascota. Los pises de los perros dejan manchas y acaban por secarla y llenarla de calvas. Por otra parte es poco higiénica y ampara multitud de insectos y parásitos. Con la arena o la tierra sucede otro tanto. Es un suelo muy usado por económico, pero tiene muchos inconvenientes : polvo en época seca, barro en temporada de lluvias, parásitos… La grava es otra solución muy común. Aporta dos virtudes : es drenante y más habitable que el hormigón, pero tiene varios e importantes inconvenientes : dificulta la retirada de excrementos sólidos y es un eficaz escondite para insectos y parásitos diversos. El hormigón es seguramente la solución más habitual. Proporciona una superficie plana, fácil de limpiar, que resiste los tratamientos desinfectantes e insecticidas. Pero tiene 3 inconvenientes : si es basto, causa en los perros las temibles bursitis; si está muy pulido, es resbaladizo con el agua de lluvia y es frío y húmedo (capilaridad) en invierno y caliente en verano.

Kit de aplicación de Horsefloor

Consideración aparte merecen las planchas permeables de plástico o caucho. Existe una amplísima oferta en el mercado y se utilizan buscando mejorar la higiene. En general les encontramos dos inconvenientes : tanto las de goma construidas con granulado de caucho, como las de plástico, más rígidas, pueden en algunos casos ser causa también de las bursitis y desde luego pueden ser mordidas por los perros con cierta facilidad, lo que constituiría una inversión fallida.

En nuestra opinión un suelo para perros debe atesorar las siguientes virtudes : que sea impermeable, porque eso significa que será higiénico, fácil de limpiar e impedirá que la humedad invernal ascienda por capilaridad; que resista el uso de desinfectantes e insecticidas; que tenga cierta habitabilidad, desde luego más mullido que el hormigón, evitando que raspe y produzca abrasiones y bursitis y que no resbale. En la oferta comercial existen muchas planchas de caucho que cumplen éstas características mínimas, nosotros disponemos de varias, pero existe una que además aporta dos virtudes importantes : se adhiere al suelo de hormigón en la totalidad de la superficie garantizando higiene y ausencia de humedad y es prácticamente inatacable por el perro : Horsefloor.

Este producto se comenzó a usar en clínicas y hospitales veterinarios, pero su uso se ha ido extendiendo a zonas de exploración veterinarias, duchas, rampas, remolques, camiones, cheniles, casetas y zonas ganaderas en general. Es un pavimento de caucho mezcla de tres componentes (caucho triturado, pegamento y fijador) que se adhiere a la base de hormigón o a la madera formando un solo cuerpo. Es antideslizante, impermeable, higiénico, resistente y su acabado sin uniones lo hacen idóneo para espacios en los que hay que mantener una limpieza y desinfección reiterada. El color natural del producto una vez mezclado es gris antracita. El grosor recomendado en suelos para perreras es de 15mm.

Técnico aplicando Horsefloor sobre hormigón

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