Por Esteban Javier Fuentes

El otro día compré una manta de exterior en Lupa, precisamente para un caballo “pachucho”. Cuando lo solté con los demás me quedé a observar, y curiosamente se montó un tiberio, no por la extraña apariencia como yo creía, sino porque empezaron a oler la manta y un castrado de 9 años empezó a actuar como entero y a querer zurrar a la que llevaba la manta! (todo esto ya de noche y en medio del barro...) Les separé y al día siguiente era otro castrado el que se actuaba como entero (en la medida de sus posibilidades). La manta estaba a estrenar y no olía a nada que yo percibiera, pero fue como ponerle un liguero! No tengo mucha experiencia con mantas, pero me llamó mucho la atención, ¿es normal?

Respuesta de Lupa Ibérica: Estimado Kiko, en Lupa se reciben de tarde en tarde escritos con ocurrencias y anécdotas singulares, pero la tuya es increíble e inmejorable. Estás seguro que eran dos castrados ? Fíjate bien y, si lo son, por favor, recuérdame el modelo de manta adquirido porque se impone un cambio en el texto descriptivo de la misma donde se incida en sus virtudes libidinosas y realizar una oferta urgente a propietarios de yeguas que no se preñan o de sementales apáticos porque has descubierto la solución a sus problemas. Si se confirma el éxito, guardaremos oportuna comisión para el descubridor incluyendo a esos castrados salerosos. Gracias por ser cliente y por compartir tus experiencias con nosotros, nos has alegrado el día.

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