LESHMANIASIS EN PERROS

LESHMANIASIS EN PERROS

La leishmaniasis o leishmania canina es una enfermedad infecciosa que se transmite a través de una especie de mosquito, el flebotomo. La afección la causa el parásito Leishmania infantum, que se transfiere con la picadura del díptero y por la reacción del organismo del perro al contagiarse. Es importante prevenir la leishmaniasis o detectarla a tiempo, ya que puede llegar a ser mortal para un perro infectado si no se aísla bien el parásito causante.

En un primer estadio de la enfermedad infecciosa, el parásito afecta principalmente a la piel y una vez que evoluciona va afectando a órganos internos como riñones, hígado o bazo. Hay perros asintomáticos y que no desarrollan los síntomas de la enfermedad, aunque sean portadores. Aún así, es conveniente no bajar la guardia, ya que cualquier bajada de defensas u otra infección podría facilitar que evolucione la leishmania.

El nivel de transmisión depende en gran manera de las condiciones ambientales. En España, la leishmaniasis canina es una enfermedad que se da en toda la península y en las Islas Baleares, siendo más común en las zonas más cálidas.

Los síntomas de leishmaniasis

Los síntomas clínicos suelen aparecer entre dos y ocho meses después de la picadura. Estas son algunas de las señales más comunes :

  • Atrofia muscular
  • Apatía
  • Episodios de fiebre
  • Exceso de lagrimeo
  • Párpados inflamados
  • Cojera sin motivo

Otras manifestaciones de esta infección pueden ser:

  • Crecimiento de las uñas de manera desproporcionada
  • Inflamación de los ganglios
  • Calvas y úlceras en algunas zonas, como alrededor de los ojos.
  • Pérdida de peso sin causa conocida.

Cada perro puede presentar distintas señales ante este parásito, lo que dificulta el reconocimiento de la infección en algunas ocasiones. Si reconoce alguno de estos síntomas en su mascota, acuda a su veterinario de confianza. Es importante que su perro tenga un seguimiento continuo por parte de un veterinario que realice las pruebas pertinentes de forma periódica. Un diagnóstico precoz de la enfermedad puede reducir considerablemente el riesgo de muerte. Detectar a tiempo la leishmaniasis hace posible la aplicación de un tratamiento. La medicación para tratar esta afección es crónica porque para que la enfermedad no avance, es necesario aislar continuamente al parásito y que no afecte a los órganos del cuerpo. Pese al tratamiento, el perro podrá tener una buena calidad de vida.

Cómo prevenir la leishmania canina

La forma más segura de actuar para evitar que nuestro perro se contagie es la prevención. Estas son las diferentes formas de evitar la picadura del flebotomo y sus síntomas:

  • Uso adecuado del champú repelente antiparasitario, para que parásitos e insectos como las garrapatas, pulgas y mosquitos transmisores de infecciones no tengan contacto con su mascota.
  • Utilización de pipetas, collar y loción repelente antiparasitaria, para potenciar la eficacia y la duración de los efectos del champú, protegiendo al animal.
  • Vacuna contra la leishmaniasis. En zonas donde la infección es endémica, puede aplicarse una vez que el animal ha cumplido 6 meses. No previene la picadura del insecto, pero reduce el riesgo de que la enfermedad avance hacia diagnósticos graves.
  • Análisis y test periódicos. Lo recomendable es hacer test serológicos dos veces al año para detectar la enfermedad de forma temprana.
  • Evitar zonas comunitarias de insectos como pueden ser zonas de agua estancada o con mucha materia orgánica o vegetación.

La comunidad veterinaria recomienda usar todas las medidas de prevención ya que, aplicadas de manera aislada, pueden no ser suficientes para que el insecto tome contacto con su perro. No todos los champús, collares, lociones y pipetas actúan contra el insecto flebótomo, por lo que es importante revisar bien la información del producto.

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