LUPA ha tenido acceso a un estudio publicado por los profesores Barbara Benz, Benjamin Benitz, Konstanze Krüger y Dirk Winter de la Universidad de Nürtingen‑Geislingen (Alemania) relativo a la cama de los caballos. Su extensión hace imposible su reproducción total, pero debido a su interés, lo extractamos a continuación:
El coste de la alimentación, el material utilizado para las camas y las horas de trabajo son esenciales a la hora de calcular la rentabilidad de un negocio dedicado a los caballos. Los precios de los cereales y los forrajes, así como los de la paja, han venido aumentando reiterada y considerablemente, ello ha alimentado un interés por buscar materiales alternativos para las camas y este es un tema de conversación recurrente. Es además un tema urgente ya que está fuera de toda duda que, en el futuro, la paja como subproducto agrícola tenderá a almacenarse en menores cantidades, a mayores precios y peor calidad.
Los materiales alternativos para las camas también tienen su precio y el coste total no se limita al material en sí, sino que además incluye el coste de la mano de obra e incluso el eventual coste de deshacerse del estiércol producido. Por tanto, cuando se buscan nuevas soluciones, es lógico replantearse no solo el material para las camas, sino el ciclo completo.
La mayoría de los caballos se estabulan en boxes individuales. En ellos pasan la mayor parte del día, en algunos casos hasta 23 horas diarias. El suelo del box debe, por tanto, desempeñar diversas funciones. El material utilizado para la cama debe absorber la orina, servir como soporte mullido y como aislante del frío. Por último, el suelo de un box debe ser lo suficientemente antideslizante como para que el caballo no resbale.
Para el mantenimiento de un box, la práctica común es la del término medio entre limpiar la cama por completo a diario y la de añadir cama constantemente. Así, todo el material de la cama acaba renovándose una vez a la semana y se pueden aprovechar las ventajas de ambos sistemas. Al utilizar paja, hay que calcular un gasto de 10 kg por caballo y día, lo que se traduce en 3,65 toneladas al año. El precio de la paja varía mucho según la época del año y capacidad de acopio, pero un coste medio actualizado podría ser de 0,12€/kg, ósea unos 36€ al mes. En el caso de la viruta, el consumo es de aproximadamente 2 toneladas al año y, dependiendo de la calidad, el coste medio estará alrededor de 0,25€/kg, con un coste mensual de unos 42€.
El resultado es que el coste no puede reducirse simplemente utilizando un material diferente. Así pues, una nueva solución para controlar de forma fiable el coste de la cama debe consistir en reducir la cantidad de material necesario para formar esta. En este nuevo sistema, un suelo blando compuesto de planchas de goma debería proporcionar la consistencia mullida, antideslizante y aislante, mientras que el material de la cama solo se necesitaría para absorber los líquidos.
El análisis económico comprende no solo el material, sino también el coste de mano de obra.
A pesar de que se da prioridad al aspecto económico, el entorno del caballo no debe verse empeorado en ningún momento. Mediante una investigación práctica, queríamos resolver las siguientes cuestiones: ¿Cuánto material para cama puede ahorrarse utilizando planchas de goma mullidas? ¿Puede reducirse así el coste total de la cama? ¿Qué efectos tendría sobre el aire que se respiraría en el box y qué aspectos higiénicos deben tomarse en consideración?
Una tesina independiente analiza el problema de la calidad del aire en el que vive el caballo, si los caballos aceptan este tipo de suelo y si tienden a descansar del mismo modo sobre las planchas de goma.
Detalles del experimento de instalación de suelos de goma
El experimento en cuestión se llevó a cabo en un centro ecuestre con 50 caballos estabulados cerca de Konstanz. Se pusieron a disposición de la prueba 13 boxes, con una superficie total de 12 m² por box. La cuadra contaba con una buena ventilación y proporcionaba una temperatura similar a la del exterior.
Durante el día, entre las 10 h y las 16 h los caballos estaban en el prado. Entre las 10 h y las 12 h, se limpiaban los boxes. Todos los caballos eran caballos jubilados, es decir, que no se utilizaban ya como caballos de silla. Por lo tanto, puede excluirse cualquier alteración del ritmo diario por tener que ser montados.
Con el objetivo de prestar atención a las diferencias estacionales, el experimento se llevó a cabo en cuatro periodos a lo largo de 5 meses. Para los periodos del experimento en que se utilizaba menos cama sobre suelos de goma, se instalaron en los boxes unas planchas de goma modelo BELMONDO BASIC.
El box número 13 contó con planchas de goma para el suelo durante todo el experimento a fin de comprobar eventuales efectos a largo plazo sobre la higiene del suelo bajo la goma. El suelo de goma blanda debía desempeñar tareas como el agarre, el aislamiento y la consistencia mullida, por lo que el material para la cama solo era necesario para absorber la orina. La cantidad de cama dependía de la capacidad de absorción del material utilizado, la cantidad de orina expulsada por el caballo y el tiempo que este pasaba en el box. La cantidad de orina varía dependiendo del tamaño del caballo y el tipo y cantidad de alimento y agua que ingiere. Para el experimento, se calculó una cantidad de 10 ls de orina al día como media.
Como los caballos pasaban seis horas al día en el prado, 7,5 ls de orina serían absorbidos en el interior del box. Según estos cálculos, se necesitaría una cantidad aproximada de 4 kg de cama por caballo y día (incluyendo un margen de seguridad). Esto equivale a una cama de 1 cm de grosor sobre el suelo elástico de boxes con una superficie de 12 m², mientras que el sistema tradicional utilizaba un grosor de cama de entre 8 y 10 cm.
Sistema tradicional (izquierda) y sistema con suelo de goma y menos cama (derecha)
Criterios para la evaluación
Tener caballos en cuadras es una práctica que se cuestiona a menudo por las frecuentes enfermedades del aparato respiratorio que sufren los animales debido a la mala calidad del aire que respiran. El caballo requiere una enorme cantidad de aire fresco y cuando se estabulan caballos en boxes individuales, este requisito solo puede cumplirse con un adecuado mantenimiento de la cuadra y gestión del aire que respiran. Para realizar este experimento, los niveles de amoniaco, el estado higiénico, el polvo y la temperatura, fueron medidos.
Niveles de Amoniaco en el aire de la cuadra
El amoniaco es un gas venenoso, irritante y fácilmente soluble en agua. La mayor parte del amoniaco proviene de la transformación de la orina por bacterias aeróbicas y anaeróbicas. El amoniaco tiene una menor masa molecular y una menor densidad que el aire y la mayor concentración se encuentra cerca del suelo si la ventilación es insuficiente. Por consiguiente, podría ocurrir que los caballos se tumbasen con las cabezas en una nube de amoniaco.
Para medir el amoniaco se utilizó un aparato con un sensor electroquímico que medía constantemente colocado a una altura de 30 cm. Una altura equiparable a la de los ollares del caballo cuando se tumba en posición esternal. Así podía medirse la concentración de amoniaco que afectaría al caballo tumbado. Todas las mediciones quedaron muy por debajo del valor crítico de 10 ppm.
En etapas de bajas temperaturas la contaminación por amoniaco era tan baja que no pudo medirse. Durante el verano, los resultados para el sistema tradicional eran marcadamente mayores que para el nuevo sistema con suelo de goma y menos cama. Esto lleva a suponer que la menor cantidad de cama es tan suficiente para neutralizar la orina como el sistema tradicional.
Se deduce que el sistema con suelos de goma proporciona mejores resultados puesto que es un poco más seco y queda menos material orgánico en el box.
Cantidad de gérmenes
La cantidad de gérmenes sobre el hormigón, encima o debajo de las planchas de goma, debía medirse para especificar si existía alguna posibilidad de que el número de bacterias aumentara de forma explosiva en el suelo que consta de varias capas.
Las cantidades de gérmenes, enterobacterias, levaduras y moho fueron analizadas en tres partes distintas de cada box. En el sistema con planchas de goma, se tomó una muestra de la parte superior de las planchas y otra de debajo de ellas. Las mediciones demostraron que la cantidad de bacterias era ligeramente inferior en el sistema con suelos de goma combinados con menos cama. Esto lleva a la conclusión de que, debido a la menor cantidad de material orgánico que queda en la cama, la higiene de la cuadra tiende a mejorar y que la orina que pudiera colarse bajo las planchas de goma no repercute sobre la contaminación por bacterias ni encima, ni debajo de las planchas. Los resultados del box de control respaldan estas conclusiones. Los resultados medidos indican que no es de esperar ningún impacto negativo a largo plazo.
Polvo en suspensión
El polvo se define como los materiales sólidos que se encuentran en un gas, especialmente en el aire. Son parte de aerosoles mezclados con humo y niebla (mezcla de gas, sólido y partículas líquidas). Estas partículas están repartidas de la manera más fina y son tan pequeñas que flotan en el aire durante un determinado periodo de tiempo antes de caer al suelo.
Aunque los parámetros para el contenido de amoniaco y gérmenes disminuyeron debido a la menor cama utilizada, se notó un ligero aumento en la concentración de polvo comparado con el sistema tradicional. Esto puede achacarse al hecho de que la cama estaba mucho más seca que en el sistema habitual de limpieza.
En todo caso, la concentración de <10 µg/m³ medida en ambos sistemas de limpieza estaba muy por debajo del valor crítico de 4 mg/m³ que se cita en diversos medios como el valor crítico para partículas sólidas.
Horas de trabajo necesarias para la limpieza de las cuadras en ambos sistemas
Para la limpieza de un box a diario hay que calcular aproximadamente entre 30 y 70 horas de trabajo por caballo y año. Tanta variación se debe a las diferentes distancias y niveles de mecanización. Las horas de trabajo necesarias por box fueron medidas en tres días consecutivos durante el experimento.
La cantidad de horas de trabajo registradas por caballo y box fue luego extrapolada a horas de trabajo por caballo y año. Durante el invierno la reducción de horas de trabajo (del 30%) fue mucho mayor que en verano, con cerca del 15%.
Reducción de horas de trabajo utilizando suelos de goma y menos cama
Comparación de la cantidad de material para la cama
La cantidad de material para la cama necesario con el sistema tradicional se calculó en 2.062 kg por caballo y año. En el sistema con suelos de goma y menos cama, el gasto previsto fue de 1.440 kg de material por caballo y año. Esta reducción de 621 kg se traduce en un 30% de ahorro.
Evaluación económica de la reducción del material para la cama
Las planchas BELMONDO utilizadas suponen una evaluación económica de 50€/m2. Además, para garantizar una evaluación más simple, se fijaron un tipo de amortización del suelo a 10 años y un tipo de interés del 5%. Teniendo en cuenta la inversión en el suelo elástico, las horas de trabajo y la reducción de la cama, el experimento reveló un ahorro de 319€ por caballo y año.
Conclusión
Ante las perspectivas de un probable incremento en el coste del material disponible para las camas y una escasez generalizada de material de buena calidad, muchos propietarios de caballos buscan alternativas.
Los primeros resultados del experimento práctico revelaron un ahorro de más de 300€/caballo/año para la solución de «suelos de goma combinados con menos cama». En este sistema, el material utilizado para la cama es meramente necesario para absorber líquidos, mientras que las otras funciones de la cama (agarre, consistencia mullida y aislamiento) serán permanentemente realizadas por el suelo elástico de goma.
Durante el experimento, no se encontró evidencia alguna de que este tipo de suelo tuviera efectos negativos sobre el aire de la cuadra ni sobre su higiene.