EL RIEGO Y LAS PISTAS

Riego por asperción

Uno de los aspectos clave en el buen estado de las pistas es el grado de humedad de las mismas y, consecuentemente, el sistema de riego utilizado. Son cuatro los sistemas de riego más comunes : riego de mano o por sistemas autopropulsados, aspersión, flujo-reflujo y aéreos o suspendidos.

El riego de mano, sobre todo en países cálidos y tratándose de pistas de gran tamaño, es impensable por su costo hora/hombre. Los sistemas autopropulsados no tienen un uso muy extendido en España y eso que son bastante asequibles. Se trata de unos artilugios que, merced a la presión del agua se desplazan por la pista de forma longitudinal regando una parte de la superficie de la misma. Exigen mano de obra para su cambio de situación, pero muy inferior a la del riego a mano.

La aspersión es el sistema más común y fácil de instalar. Su principal defecto es que se trata de un riego irregular. Los aspersores riegan mucho al principio y al final del arco de agua y menos en la parte central del mismo, de ahí que los aspersores se solapen al 50%. Además, con la acción del viento el agua puede caer muy dispersa y, también, desperdiciarse mucha agua.

El sistema de flujo/reflujo consiste en un riego que está enterrado y que funciona por capilaridad. Es un sistema muy efectivo cuando está bien instalado, aunque es caro y dificulta el posterior mantenimiento mecánico de la pista.

Finalmente están los riegos aéreos o suspendidos, que se utilizan únicamente en picaderos cubiertos y siempre que éstos tengan las condiciones para poder hacerlo. Este tipo de riegos funcionan muy bien y suponen, gracias al micronizado de los difusores, que no aspersores, un importante ahorro de agua.

Las pistas de arena, especialmente las de arena de sílice, son todas higroscópicas, de forma que pierden la humedad a gran velocidad. La pérdida de la humedad necesaria hace las pistas más pesadas, de un andar más dificultoso, permitiendo que el caballo se entierre más en la arena, con los consiguientes efectos negativos y cansancio prematuro. Mantener la humedad es por tanto vital para que la pista presente unas condiciones idóneas para el trabajo. Su estado debe ser mullido pero no absorbente. Además evitaremos que la arena “vuele” fuera del perímetro y que produzca polvo, tan molesto para personas y animales.

Con el fin de mantener la humedad, antiguamente se usaba sal en la mezcla de los suelos de pistas, pero la sal tiene otros inconvenientes de cara a los cascos. Hoy existen aditivos para lograr mantener la humedad totalmente fiables y sin efectos secundarios, como GEL PRO PISTAS. GEL PRO es un aditivo para mezclar con la arena de la pista que tiene un aspecto de arena fina y se comporta como ésta, pero que en realidad es un gel que tiene la facultad de almacenar hasta 300 veces su peso en agua, humedad que irá liberando paulatinamente. En condiciones normales tiene una vida útil de 2 a 3 años y se mezcla a razón de 30 grs./m2, es decir , para una pista de 1.000m2 (20x50) con una capa superior de unos 10cm de arena, se precisan 30Kg de GEL PRO. Estos 30Kg son capaces de almacenar hasta 9.000 litros de agua.

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