LA CALIDAD EN EL HERRAJE

“Sin pie, no hay caballo” es un viejo aserto conocido por todos los que nos relacionamos con los caballos. Cuando los cascos no estén en buen estado, el caballo no podrá estar en forma que es lo que buscamos con el entrenamiento moderno.

Lamentablemente, muchas veces se subestima la importancia de un buen cuidado de los cascos y el arte del buen herraje. Con frecuencia se tiende a economizar en los herrajes. Después de todo, no hay nada malo en esperar unas semanas más para volver a herrar al caballo, ¿o sí?

A menudo se llama al herrador sólo cuando se detecta un problema. Cuando el caballo está cojo, con agriones en la pared del casco, cuando los talones han crecido sobre las herraduras, etc. Frecuentemente, cuando se llama al herrador es demasiado tarde para conseguir recuperar al caballo y ponerlo de nuevo en forma en un plazo corto de tiempo. Estaremos entonces obligados a tenerlo encerrado durante mucho tiempo o, peor aún, su problema se habrá agravado, si no se ha convertido en un daño permanente.

Muchos de estos problemas se pueden prevenir mediante un cuidado diario de los cascos y los controles periódicos realizados por el herrador. No podemos olvidar tampoco la cantidad de problemas de espalda y de tendones que tienen su origen en unos aplomos defectuosos y una forma imperfecta del casco. No debería hacer falta recordar que los cascos sanos mejoran el rendimiento del caballo y que, en lo que a caballos de deporte se refiere, los caballos  permanecerán en entrenamiento por un período de tiempo mucho más largo. El buen cuidado de los cascos es una combinación de controles frecuentes, limpieza diaria a cargo del mozo o jinete y el recorte apropiado realizado por un herrador cualificado que use herraduras y clavos de calidad.

El lapso de tiempo entre dos herrajes dependerá entonces del tipo de ejercicio que el caballo hace, la estación en que estemos, sus condiciones de estabulación y el crecimiento natural del casco y nadie mejor que el herrador para aconsejarnos sobre cuántas semanas deberemos dejar entre herrajes.

[caption id="attachment_1476" align="alignleft" width="157" caption="“Tom Vesprille (Dcha.) con un herrador”"][/caption]

Tanto o más importante como el trabajo de un buen herrador, es el uso de herraduras y clavos de calidad. Las herraduras de buena calidad son de acero duradero fácil de moldear por el herrador, para lograr un perfecto ajuste de éstas al casco. Adaptar los cascos a la forma de la herradura es una práctica en absoluto recomendable, ya que es importante no eliminar más cornea de lo estrictamente necesario, esto sólo debilitará el casco.

Herraduras bien ajustadas garantizan una pisada correcta y favorecen el “mecanismo de bombeo” de la circulación sanguínea lo que redundará en unos cascos sanos y fuertes. El talón exterior de la herradura necesita tener suficiente anchura para proteger el área del talón del casco el cual está expuesto a una gran presión. Esta es la razón por la que las herraduras de calidad se fabrican con un patrón distinto las de izquierda que las de derecha y deben cuidarse igualmente las claveras y agujeros de los clavos. Los caballos tienen una pared más gruesa en la parte exterior del casco, lo que significa que la distancia del agujero del clavo al borde de la herradura varía, tiene que estar perforado más adentro para prevenir clavar en la pared del casco, lo que causaría grietas. Unas claveras con un ángulo correcto ayudarán a un herrado profundo y firme que mantendrá la herradura sujeta evitando que se suelten y pierdan.

Las herraduras de calidad deben ir acompañadas de clavos también de alta calidad. El herrador conoce exactamente que clavo debe usar con cada tipo de herradura. Los clavos de alta calidad tienen biseles limpios y una punta afilada, esto es importante para asegurar una conducción suave y reducir la cantidad de material del casco que es empujado fuera del mismo cuando el clavo sale por la parte superior. Cuanto menos daño, mejor.

Un clavo de calidad mantiene una proporción perfecta entre el tamaño y el grosor. Clavos largos y grandes serán más gruesos que los pequeños clavos para los ponys. El acero de los clavos no debe ser demasiado duro para que el remachado resista, pero tampoco demasiado blando, porque el remachado se doblará y/o romperá y adiós a las herraduras. El último punto a mencionar acerca de los clavos es el cuello. Los clavos se fijan en la clavera por el cuello para prevenir la pérdida del clavo cuando la cabeza se va desgastando. Los clavos de calidad permanecerán agarrados a la herradura varias semanas después de que la cabeza del clavo se haya gastado.

Usando herraduras y clavos de calidad y con el trabajo de un herrador profesional mantendrás el caballo en buena forma, reducirás la factura del veterinario y el caballo funcionará mejor. Por último, pero no menos importante, estos tres factores hacen que el montar a caballo sea un placer.

Pregunta a tu herrador por las herraduras Kerckhaert y los clavos Liberty y experimenta la diferencia.

Sabes que está usando tu caballo? Tom Versprille Export Manager Royal Kerckhaert Horseshoe Factory

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