
La propia naturaleza de las carreras de caballos las convierte en uno de los deportes más peligrosos sobre la faz de la Tierra. Los jockeys tienen que controlar a una manada de animales en estampida que pesan diez veces más que ellos, mientras guardan un precario equilibrio sobre la montura y los caballos galopan a unos 60 km/h. «Es lo que hay» dijo el jockey Jerry Bailey del Hall of Fame, sobre los peligros de participar en carreras de caballos y añadió : «es parte de la vida que vivimos y simplemente tenemos que aceptarlo.»