Tecnología para problemas actuales

El desarrollo del nivel de vida por una parte y una mayor valoración del ocio, el tiempo libre, del deporte al aire libre, la ecología y otros conceptos asociados a los anteriores, son dos de los importantes factores que están impulsando el desarrollo de la actividad ecuestre y la proliferación de pequeños criadores y propietarios de caballos. Sin embargo, ese mismo desarrollo del nivel de vida y la despoblación del mundo rural hacen que esta proliferación evidente de la actividad ecuestre se enfrente a un problema cada vez más acuciante : la falta de mano de obra cualificada y el encarecimiento desmesurado de la misma. En España, la actividad ecuestre en su conjunto no es una actividad reglada y no podemos decir que exista propiamente una “industria del caballo”.  Así pues nos enfrentamos a una situación de mercado incipiente, con falta de mano de obra y con otro agravante, que el caballo es un animal que precisa de cuidados, vigilancia y trabajo diarios. Estos tres factores son la base del problema al que se debe enfrentar la mayoría de esa proliferación de nuevos poseedores de caballos de los que hablábamos : como atender a sus animales. Y atender a los caballos, como es natural, empieza por cómo darles de comer. Es de sobra conocido y está científicamente demostrado que el caballo, debe ser alimentado con varias pequeñas raciones distribuidas a lo largo del día. Esta circunstancia choca con la disponibilidad de mano de obra y agrava su coste. Pues bien, hoy podemos decir que existe una solución tecnológicamente avanzada y suficiente para dar respuesta al problema : los dosificadores automáticos de ración. En esencia se trata de una tolva individual dosificadora de porción que pueden, a su vez, ser alimentada manual o automáticamente y que, merced a un programador, libera los alimentos en el momento y cantidad previamente establecidos. Hasta hace bien poco, ésta era una faceta que no estaba resuelta. Los dosificadores que había en el mercado funcionaban con una tecnología que no ofrecía garantías suficientes. Consistían en una o varias tolvas que se abrían mediante un mecanismo de electroimán y reloj. Como quiera que, sobre todo en las zonas rurales, la electricidad falla con frecuencia, quizá por poco espacio de tiempo, pero suficiente para que el mecanismo liberara todo el pienso, ocasionando que el animal pudiera ingerir todo el alimento del día de una sentada. Felizmente hoy, con los acumuladores de carga y los autómatas, existen en el mercado dosificadores automáticos que cumplen con todas las exigencias para poder ofrecer un buen servicio a quien los necesita y que pueden funcionar conectados a la red, o alimentados con baterías o, incluso, con placa solar. Las características mínimas que debemos observar a la hora de seleccionarlos son las siguientes :

  1. que tengan capacidad suficiente para una autonomía prolongada.
  2. con automatismo total, es decir, que permita la programación de varias comidas en diferentes horas y días.
  3. que permitan regular la ración perfectamente.
  4. que estén hechos con materiales higiénicos y resistentes que aseguren la perfecta conservación del alimento.
  5. que trabajen con todo tipo de alimentos (granos, grano aplastado, pienso extrusionado, granulado)
  6. con cuadro de mandos centralizado que, en el caso de varios boxes, permita la desconexión individual.
  7. de fácil instalación y con asistencia post-venta asegurada.

Los dosificadores constituyen por tanto una ayuda imprescindible para aquellas pequeñas explotaciones que el propietario atiende mayormente por sí mismo o en las que los caballos están preferentemente en el prado, pero necesitan raciones complementarias ; tambien son interesantes para explotaciones de mayor dimensión por el importante ahorro de tiempo y dinero que significan.