ESQUILADORAS : PUESTA A PUNTO

Este otoño de cambios continuos de temperaturas es muy propicio para que los caballos se resfríen y en breve llegará el frío, por lo que nos veremos obligados a la puesta a punto de nuestras esquiladoras o, a la adquisición de una nueva.

 

Hoy nos vamos a detener en el buen uso y correcta conservación de nuestras esquiladoras. Para esquilar, además de leer el manual de la máquina, hay que seguir unas pautas que otorgarán a nuestras máquinas larga vida. Unas se refieren a los caballos y otras a las propias máquinas. Seguidamente detallamos algunos consejos.

 

Los caballos, especialmente si están sueltos, suelen tener el pelo lleno de grasa, barro, alguna pequeña piedra... Es importante lavar al caballo con agua y champú antes de esquilarlo, así evitaremos que la máquina se trabe al encontrar entre el pelo algún elemento no deseado; lo que podría hacer que se obstaculice repentinamente rompiendo piezas del motor como un piñón de nylon o, dañar el inducido. Si procedemos a lavarlo, el caballo debe quedar bien seco antes de esquilar. La humedad en el pelo podría dañar la máquina y en casos peores derivar en una electrocución.

 

Si no queremos lavarlo, al menos pasar bien rasqueta y cepillo por todas las partes del cuerpo del caballo que vayamos a esquilar y proceder al esquileo siempre a contrapelo, en dirección contraria del crecimiento del pelo.

 

Respeto a las máquinas, el consejo primordial es verificar el afilado. Un afilado deficiente, unos cortantes desgastados o mal afilados, pueden ser el detonante de multitud de problemas y es la principal causa de averías e incidencias en la esquila. Recomendamos que el afilado siempre lo realice una persona experta, con el útil y los conocimientos adecuados. Se recomienda afilar cada 2 horas de trabajo, por lo que en caso de tener que esquilar varios animales, es útil disponer de más de un juego de peine y cuchilla.

Antes de empezar a esquilar es importante lubrificar el peine y la cuchilla y tener preparado un spray desengrasante de limpieza. No hay que ejercer mucha presión sobre la esquiladora. Tampoco apretar el tornillo superior de ajuste de la horquilla. Si la máquina no se desliza suavemente sobre la piel del animal, puede ser debido a un problema con el afilado de los peines y cuchillas. También puede ser por acumulación de grasa y suciedad.  Cuando notemos que la máquina baja su rendimiento, que no corta como al principio, sin necesidad de pararla nos retiraremos del animal, aplicaremos el spray de limpieza y seguiremos esquilando. Esta acción se debe repetir cada 10 minutos aproximadamente.

 

Finalizada la esquila, debemos quitar peine y cuchilla, lavarlos con agua y jabón neutro y secarlos bien evitando que se puedan oxidar. Aprovechando que peine y cuchilla están fuera, limpiar toda la parte del cabezal propensa a almacenar restos de pelo. Imprescindible también quitar el filtro y limpiarlo. Si este queda sucio, la maquina se sobrecalentará, provocando posibles averías. Antes de guardar la máquina para la temporada siguiente, procederemos a aceitarla, para una mejor conservación.

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