CRIAR CABALLOS PARA CARNE, ACTIVIDAD EN ALZA

Estos días hemos podido leer en la prensa de tirada nacional una noticia relacionada con la cría de caballos para su posterior sacrificio, afirmando que es una práctica cada vez más frecuente y que nuestro país ocupa la tercera plaza en número de sacrificios de équidos en Europa, citando un estudio de éste año 2015 sobre salud y bienestar de los equinos europeos.

En dicho estudio elaborado World Horse y Eurogroup for Animals, con la colaboración de la española Asociación para Defensa de los Animales (ANDA), se menciona que en la CEE viven alrededor de siete millones de équidos (caballos, mulos y asnos), de ellos 680.000 en España. Según el informe, dentro del territorio europeo se registra un gran movimiento de caballos, ocupando España uno de los cuatro primeros puestos.

La principal conclusión del mismo resalta la ausencia de un marco legal global y unitario, que atienda las distintas necesidades de estos animales. Obedece seguramente a la enorme versatilidad de los équidos, cuyas funciones cambian conforme van envejeciendo. Es cierto que, antes de llegar al matadero, los caballos han podido gozar de una vida muy distinta : han podido ser caballos de tiro, de campo,  feria, exhibición, uso deportivo… En función de esa actividad, el tratamiento legal varía. En España, el tratamiento para los caballos destinados al sacrificio es muy diferente a aquellos circunscritos a actividades de ocio, siendo en este último caso mucho mayores las exigencias de bienestar animal.

En el mundo anglosajón, comerse un caballo equivaldría a comerse un perro o un gato doméstico; en Francia, Italia y algunas partes de España como Navarra, Cataluña, País Vasco y zonas de Pirineos, es tradicional el  consumo de carne de caballo. El estudio constata que criadores españoles y polacos se dedican cada vez más a la cría del caballo para su posterior venta como carne. En Asturias, León, Cantabria, Reinosa, Lugo y Orense hay bastante producción, ya sea empaquetada en canal, o bien el animal en vivo. La carne es también exportada a países del tercer mundo, algo según el informe preocupante, porque los controles sanitarios no son equiparables a los europeos.

En este sentido, el portavoz de ANDA ha pedido la sustitución del transporte de los animales vivos, no sólo porque ayuda a evitarles el sufrimiento de mantener un difícil equilibrio en una plataforma, sino porque puede contribuir al propio desarrollo de la economía local, dado que le da valor añadido al producto, encargarse de su manufactura. Las costumbres gastronómicas, ha recalcado, no tienen relación con la protección de los animales.

El informe europeo reconoce que es complicado saber cuántos équidos son sacrificados en los mataderos de la Unión Europea. En 2014, Italia y España fueron los países con un mayor número de sacrificios, 50.000 y 51.000, respectivamente. Los principales aprovechamientos son la carne y la piel. El principal país productor de cuero es Italia y el principal receptor es Rumanía.

Por último, el informe pone de manifiesto una picaresca relacionada con el concepto de caballos que viven en régimen semi-salvaje en el sur de Pontevedra. Todos los équidos por ley deben estar identificados, pero la UE establece una excepcionalidad para los semi-salvajes. ¿Qué ocurre? Que sus propietarios se agarran a esta excepción para no ponerle el microchip y así no hay nadie responsable en caso de daños o maltrato, como puede ser la práctica de trabar estos caballos con una especie de cepos de madera para evitar que huyan o se alejen en exceso.