CONSERVACION DE LAS CONSTRUCCIONES DE MADERA

Es prácticamente imposible visitar una instalación ecuestre donde no esté presente la madera, en vallados, en las propias construcciones, guardabotas, obstáculos o como elemento decorativo de las zona social o guadarnés. Históricamente la madera ha servido al hombre como combustible, en la arquitectura, la construcción naval, para construir herramientas, instrumentos de música… Es agradable a la vista, adaptable, de alto valor estético y, en definitiva, aporta un “calor” y habitabilidad indiscutibles.

Desgraciadamente, es frecuente encontrar esas construcciones de madera, con un aspecto exterior deplorable. Las causas que provocan su deterioro pueden ser de dos tipos, endógenas : envejecimiento natural de los tejidos, y exógenas : de origen biológico (insectos y hongos) o atmosféricas. Los principales agentes atmosféricos son la radiación solar y la humedad. La madera expuesta a éstos puede sufrir cambios de volumen y alteraciones que generalmente son superficiales, no afectan a sus propiedades mecánicas, pero desde luego sí a su aspecto.

La radiación solar produce fotodegradación (pérdida y cambios de color) ; la ultravioleta, la fotolisis de la lignina que es una sustancia aglutinante y protectora de la celulosa que es la que atrae a los hongos, y, la infrarroja, produce un calentamiento exterior que origina grietas y fendas por la desecación de los tejidos. Los cambios de humedad pueden producir sorción (absorción de humedad del ambiente) o desorción (pérdida de humedad), ambos casos pueden traducirse en cambios de volumen y otras alteraciones.

Sin embargo ésta no es una situación irreversible, al contrario, bastante fácil de resolver, con mantenimiento periódico. Existen productos protectores de la madera cuyo nombre genérico industrial es el de LASUR. Lupa comercializa un protector tixotrópico pigmentado (varios tonos), base agua, para aplicar a poro abierto, apto para usar tanto en exterior como en interior. Protege la madera tanto de los insectos barrenadores como de la climatología y, al ser soluble en agua, es fácil y rápido de aplicar, porque puede hacerse de forma manual (brocha, pincel, rodillo…) pero también mecánica (compresor).